lunes, 25 de septiembre de 2023

5028 días

 


Ya está. Lo hemos hecho.

Hoy es 28 de julio de 2023.
Viernes.

Si hay un gremio optimista en España, ese es el de los mudanceros.


8 am - Tocan al timbre. Dos hombres, uno bastante joven, y otro de más edad, entran y se ponen a inspeccionar rápidamente cada habitación. Son los primeros de un grupo de unos cinco o seis que se encargará de empaquetar, desmontar, sacar, y cargar.

- ¿Todo esto va en la mudanza? No va a caber. No es sólo el contenido. Una, dos... cuatro cómodas. No va a caber.

Son muchas mudanzas en nuestro historial, así que conocemos cuál es la secuencia de escenas. Cuando pides el presupuesto viene el jefe (o el encargado, no sé) de la empresa de mudanzas. Nada, esto son cuatro cosas, te pasaré un presupuesto.

El presupuesto acaba llegando tras más o menos insistencia, y aunque no es barato, decidimos que merece la pena con tal de no tener que hacer una mudanza por nuestros propios medios (algo del todo imposible en nuestra situación actual). Además nos aseguran que en cuatro horas está todo fuera de casa y de camino a su nuevo destino. Le digo claramente a R. varias veces que eso es imposible, pero que me parece estupendo que lo intenten.

Un tiempo después llega el día de la mudanza.
Los hombres (todos hombres) que vienen a hacer la mudanza siempre hacen el mismo descubrimiento: hay más cosas de las que esperaban encontrar.

Han sido víctimas de un engaño, o probablemente en su momento no se les dió toda la información, o quizá se ha llenado más la casa desde que vinieron a valorarla para presupuestar. 
Nuestro modesto piso de 120 metros (según idealista, yo siempre he tenido mis dudas) sin armarios, el piso de Mary Poppins.


8:30 am - Empiezan a empaquetar. Nosotros vamos avanzando otras cosas aquí y allá, los niños están fuera porque hacerlo con ellos por casa habría sido imposible. Llega un punto en que yo ya no sé dónde meterme, las maletas que tenía que cerrar ya están dispuestas para viajar en el maletero de nuestro coche. Salgo de casa, me quito de en medio, busco una excusa para no ver cómo cinco o seis hombres que no conozco desmontan la que ha sido mi (nuestra) casa durante los últimos dos años.

Esta vez, además, desmontan mi vida de los últimos catorce años. O nuestra vida de los últimos diez.

11:30 am - Son las once y media de la mañana y estoy comprando agua mineral y fruta para el viaje en coche. El personal que trabaja en el supermercado nos conoce y llama a nuestra hija por su nombre. Nuestra hija sabe el nombre de las cajeras. Yo no sé el nombre de las cajeras ni ellas saben el mío. Nuestra hija de tres años, la persona más popular del barrio.

Fuera hay 38 grados, es un día de mucho calor en Madrid. Doy una vuelta por las partes más refrigeradas del súper pensando que esa va a ser la última vez que esté ahí. 

Recuerdo que aseguraron que en cuatro horas habrían vaciado la casa, y me desanimo en el pasillo de los congelados. Esa mudanza está todavía más verde de lo que esperaba. Nuestro pequeño piso de 120 metros (siempre según idealista, sospecho que es información sesgada), el armario-portal a Narnia.



6:15 pm - Terminan de cargar el camión. Han pasado diez horas desde que llamaran al timbre a las 8 de la mañana. Nos preguntan si no nos importa que nuestras cosas lleguen a Madrid al día siguiente, que han tenido un problema con los camiones. Sospecho que ha habido una pequeña rebelión entre la plantilla y ninguno de los chicos está dispuesto a hacer a estas alturas del día 400 km de ida, descargar los enseres que han tardado 10 horas en embalar y cargar, y hacer a continuación otros 400 km de vuelta.


7 pm - Una hora más tarde, con el piso ya vacío y limpio, firmamos los papeles que ponen fin al contrato de alquiler y entregamos las llaves.

7:30 pm - Media hora más tarde estamos terminando de merendar en un local cercano al piso. Está Eli, la chica que ha cuidado a nuestros hijos desde hace dos años y medio. Cuando por fin nos despedimos antes de montarnos en el coche ella se emociona, yo me emociono. R. nunca ha sido muy emocional, así que demuestra que le da pena despedirse, pero mantiene el espíritu alegre para que Eli no llore más. I. se despide como si no nos fuésemos para siempre, le decimos que le de un fuerte abrazo porque vamos a tardar mucho en verla. Eli llora otra vez. J. hace palmas y se ríe.

8:02 pm - Hace unos minutos que estamos en el coche, saliendo del centro de Madrid. Los niños de momento están tranquilos. Rezo para que se duerman, el día ha sido muy largo y todavía nos queda mucho por delante. Cruzamos la Castellana a la altura del Bernabéu. En silencio lloro un poco. R. me mira y sonríe. 

¿Qué quieres? me da pena dejar Madrid - y lloro un poco más, sorbiendo el moco que la emoción ha dispuesto en mi nariz en cuestión de segundos.

Me seco las lágrimas discretamente. Asumo que vivo un conflicto interno provocado por las ganas de volver a mi ciudad y la ruptura vital que me supone dejar Madrid después de haber vivido ahí catorce años. De ahí me llevo, entre otras cosas, un marido y dos hijos.

Nada menos.

8:30 pm - Pienso un momento en los mudanceros. 
De tener previsto tardar cuatro horas han pasado a ejecutar la mudanza finalmente en diez. 
El camión previsto se les ha quedado corto, han tenido que traer otro. Nuestro modesto piso de 120 metros (esto según idealista, estoy absolutamente convencida de la falsedad de ese dato, en el catastro me gustaría a mí verlo) sin armarios ha demostrado que no sólo el tiempo es relativo, también lo es el espacio.
Pensaban haber entregado las cosas a las 7 u 8 de la tarde del mismo día, a 400 km de Madrid, en plena operación salida.

Al despedirnos del encargado nos desea buen viaje, y como movido por un resorte comercial suelta un "¡Para otras mudanzas cuenten con nosotros!", sin caer en la cuenta de que el destino de nuestros muebles está a 400 km de allí.

Si hay en España un gremio optimista, ese es el de los mudanceros. - musito en voz baja.
¿Qué dices? - R. me pregunta, pero ya no respondo, estoy lejos de allí, manejando el móvil para consultar la página del catastro.



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