Mi Fracaso Personal [Astrud, 1999].

En 1999 Manolo y Genís se dedicaban a tramar y hacer arreglos para sacar su primer disco oficial, Mi Fracaso Personal.
Para algunos de nosotros Mi Fracaso Personal sería como el euro, no llegaría a nuestras manos hasta tres años después, conviviendo con otros discos y canciones que ya hacían las veces de moneda emocional: el primer disco de astrud se convirtió en la moneda común.

Entonces a uno le parecía que astrud contaban la historia de su vida cuando hablaban de llevar tres años harto, Manolo y Genís cambiando y recambiando de idea y todos los demás haciéndoles caso y entendiendo todas sus letras de tan simples y tan comolavidamisma que son.

Manolo y Genís podían no haber salido de casa la noche de 1995 en que se conocieron, o haber hecho otros planes, o quedarse sin entradas para ver a Pulp... y todos los demás nos habríamos quedado sin saber que la nostalgia es un arma y que el amor era esto, pero lo hicieron, se fueron de concierto y algo cambió.

Años (mucho más de tres años) después uno se monta en el metro y salta Manolo cantando "vamos al amor", diciendo que ya llega tarde otra vez a ensayar por acompañarte unas paradas más en el metro, preguntándose cómo va a ser capaz de saber si tú eres la chica de su vida, si sólo os véis en el ascensor, en el metro, y en la máquina del café. Manolo perdiendo la cabeza por tu camiseta bretona; porque ya no se lleva el IRC, ni el ICQ, ni usas MSN ni nada que se le parezca, y no ve cómo puede saber si te gustará que te grabe su disco de los 6ths. Manolo haciendo malabarismos para coincidir contigo en el café y tú sin darte cuenta.
Todo eso entre Alvarado e Iglesia, cuatro paradas para acordarnos de cuando las cosas eran raras y bonitas, cuando uno se ponía nervioso con las cosas nuevas, y le entraba miedo y risa, de tan por estrenar que parecía todo.

Al final la chica se vuelve a bajar en Iglesia y Manolo se vuelva a quedar con cara de pasmo dejando pasar paradas hasta Sol, planeando el próximo encuentro en la máquina de café.
Y mientras tanto nosotros acostumbrándonos todavía al redondeo al alza.